La corte durante la Secesión



Cuenta la leyenda que en 1911, cuando el arquitecto Adolf Loos terminó su proyecto de la llamada Losshaus, esquina entre la Michaelerplatz y la Herrengasse, a las puertas del Palacio Imperial, Francisco José se negó a volver a utilizar aquella puerta de la Hofburg para no volver a ver "aquél horror". Sin duda alguna el Emperador siguió utilizando aquella puerta majestuosa que lo comunicaba con el centro de Viena, y Loos siguó con sus proyectos con un diseño de pureza total. Verdedera o no, la anécdota muestra la personalidad bajo cuyo gobierno nació la Secesión de Viena.
Francisco José I, emperador de Austria, rey de Hungría y de Bohemia, había nacido en 1830, hijo del archiduque Francisco-Carlos y de la princesa real Sofía de Baviera.
Tercero en la línea de sucesión de su abuelo, el emperador Francisco I, Francisco-José fue educado bajo la influencia de tres personajes que contribuyeron a la creación del estado conservados y centralista: el príncipe Félix Schwartzenberg, el barón von Grünne y su propia madre la archiduquesa Sofía.
La constitución de 1849 rechazaba toda autonomía y las minorías del imperio, y hasta 1859 se practicó una neo-monarquía absoluta. La derrota de la campaña de Italia obligó a Francisco José a aceptar el sistema dualista imperial (Austria-Hungría).
A partir de 1900 los movimientos diplomáticos tendían a la alianza franco-rusa y los acuerdos entre Francia e Italia, hasta que en 1904 se forma el eje París-Londres-San Petersburgo, en contraposición con la alianza de Alemania. Austria e Italia.
Se preparaba la Gran Guerra.
Lejana estaba la época en que se podía encontrar una Princesa Lichnowska que recibía de rodillas a Beethoven: la realeza y la nobleza se habían militarizado, las artes y las letras caminabann sin protección ni ayuda y es fama que el mismo Emperador no leía jamás.
Cnservador, aferrado al honor de su familia y rodeado de una aureola de prestigio que debía sobre todo al pasado milenario de los Habsburgo, Francisco José fue de manera indirecta un inspirador de la Secesión de Viena precisamente porque los artistas quisieron terminar con el status quo: se trataba de romper con las artes ligadas al poder y al formalismo de la corte para dejar volar la imaginación.